El Efecto Vanessa Senior

Ir de compras a un supermercado en Venezuela se ha vuelto una experiencia deprimente, y angustiante: Largas horas de cola cuando aparecen algunos productos de la cesta básica, y desesperación y angustia cuando estos brillan por su ausencia.

Por esta situación, en días recientes, los usuarios de las redes sociales fuimos testigos del enfrentamiento que sostuvo la artista Vanessa Senior con una empleada de una renombrada cadena de tiendas de conveniencia, esta última se negó a venderle  4 cremas dentales alegando que los dueños del local establecieron un cupo de compra de hasta dos unidades por persona para dicho artículo. Esto desató la molestia de la mencionada artista quien en su afán por lograr su objetivo, cometió una serie de excesos que es bueno mencionar y aclarar para que se tome conciencia y no se siga promoviendo este tipo de conductas como forma de protesta.

Lo primero que hay que aclarar es que el establecimiento donde se suscitó el hecho es de Propiedad Privada, en el derecho romano (no en la absurda legislación venezolana) eso implica que los dueños, basados en las prerrogativas que les confiere el derecho de propiedad, están en la facultad legal de reservarse, entre otras cosas, el derecho de admisión, de restricción (grabar o circular por ciertas áreas), de controlar y disponer (en este caso de las cantidades y precios que vende al público) dentro de su establecimiento. Si bien es cierto que es un establecimiento privado que presta un servicio al publico, no hay que confundir el termino “abierto al público” con propiedad “publica”. Habría que aclararle a está ciudadana que en el mercado los intercambios son voluntarios; ninguna parte puede imponer por la fuerza las condiciones de ese intercambio al otro.

Es cierto que NO hay una ley que estipule, específicamente,  las cantidades que se pueden comprar de cada artículo, entiendo que dada las contradicciones de las leyes Venezolanas y al carecer muchas de ellas de jurisprudencia, todo el mundo ha intentando interpretarlas a su manera, por tanto es falaz ese argumento en donde se solicita al empleado del local que muestre “la ley” en donde se señale las cantidades mínimas o máximas a comprar de cierto y determinado artículo, a todas luces es una política de la organización que presta el servicio de venderlo al público.

Los grandes pensadores que refutaron a todo el entramado ecléctico de ideas llamado socialismo, advertían que este sistema induce conductas primitivas en los miembros de las sociedades que lo adoptan como forma de gobierno. Vanessa con su conducta, en términos coloquiales, le está haciendo la pata de gallina al socialismo. Pregunto. ¿Por qué en vez de pelear con los dueños de una cadena de tienda que solo intenta sobrevivir a esta barbarie, no se dedica a promover la derogación del cepo cambiarlo así como a la ley de costos y precios justos, únicos responsables y causantes de estas medidas?. ¿Por qué ataca los síntomas y no la enfermedad?

¿Acaso no advierten, los que comparten su vídeo como una hazaña en las redes sociales, que este tipo de conductas y esquemas mentales de agresión e irrespeto a la propiedad privada, sirven para atornillar culturalmente los postulados del socialismo en cuanto a propiedad privada se refiere y alimentan la falsa creencia de que los empresarios son nuestros enemigos.

Si una persona decide que en su negocio NO está permitido tomar fotos ni grabar sin su expresa autorización, los clientes, bajo la pretensión del ejercicio del derecho de Libertad de expresión, NO PUEDEN HACERLO, simplemente porque los particulares no limitan la Libertad de expresión, el único que puede limitarla es el estado. Los derechos son barreras contra el poder del estado, ese argumento de “yo tengo a derecho a grabar lo que quiera” en TU local, no es aplicable en este caso.

Si tanto le molesta la venta por cupos, algo totalmente NORMAL en países sometidos bajo el yugo de la tiranía socialista, por qué no promueve un boicot contra las tiendas que lo imponen, que es en todo caso una medida más cívica y de respeto a la propiedad, Esta ciudadana no intuye que tanto ella como la empleada y el dueño del negocio son víctimas del mismo sistema. ¿Porque el empeño en atacar a las víctimas del sistema y no a sus promotores y artífices?

Esa ha sido mi crítica contra los inlfuencers, aquellos que tienen amplia presencia mediática, siempre haciéndole la pata de gallina al socialismo -“Somos un país rico”, “esto NO es socialismo, es corrupción”, “somos hijos de Libertadores”- dogmas sacadas totalmente de contexto y llevadas al más extremo chovinismo le han hecho piso político e ideológico a las ideas del socialismo cuyos promotores han explotado políticamente para sus propios fines.

No Vanessa, no aplaudo tu conducta porque tú alimentas esos comportamientos primitivos y guerreristas propios de los revoltosos que hoy nos desgobiernan. Para nada me siento identificado con tus pataletas, en vez de tratar de contribuir y ser un factor que propulse el cambio eres, por decisión o por omisión, artífice y cómplice de lo que hoy padecemos. Si quieres rebelarte, hazlo contra el sistema, no contra sus víctimas.

Es hora de aclarar términos.

A los que siguen afirmando que el regimen de Venezuela no es socialismo, dando a entender implicitamente que el ideal socialista es noble y bueno y que su fracaso reside en las fallas de carácter, éticas y morales de sus implementadores, hay que aclararles que dichas fallas son las bases teóricas de la ideología socialista, en este caso los administradores solo han seguido la receta al pie de la letra con el consecuente resultado en el mundo entero.
Pero ya que una porción importante de la población se aferra a esta creencia ficticia cabe preguntar ¿que es entonces el socialismo? O mejor dicho ¿que entienden ellos por socialismo? Comenzaré yo por dar mi respuesta:
1) Abandono por parte del estado de sus funciones básicas, seguridad, infraestructura y justicia.
2) Usurpación del estado de actividades que son propias de los particulares; administrar abastos, producir alimentos, construir viviendas, manejar comedores, sembrar campos, ensamblar carros o computadoras, administrar compañías telefónicas, vender celulares, etc.
3) Intervención de la economía con leyes , reglamentos y regulaciones que asfixian al libre ejercicio de la función empresarial.
Estas tres prácticas que algunos les parece como sobrevenidas han sido la receta de la mayoría de los gobiernos que nos han antecedido, el proceso de implementación del socialismo lleva muchísimo mas de 15 años. Por eso les digo, señores aclaren sus terminos.

El socialismo del siglo XXI NO llegó de Golpe

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Socialismo del siglo XXI

Tal vez te causen gracia algunas de las cosas que menciono pero es nuestra triste realidad.
He aquí un pequeñísimo resumen de la historia intervencionista de los gobiernos Venezolanos en materia económica, pilar de la ideología socialista:
1939: López Contreras declara bienes de primera necesidad y por tanto sujeto de regulación por parte del estado los siguientes rubros y artículos:
Carnes frescas y saladas, pescados, leche, azúcar, papas, plátanos, aguacate, piña, cambur, café, ladrillos, alquileres de viviendas, tejidos de algodón, zapatos, alpargatas, keresone, leña, jabón, velas y la cerveza. Todo esto acompañado del respectivo organismo regulador con todos su burócratas fiscalizando en todo el territorio nacional. ¿te suena conocido?
1944:Medina Angarita. Crea una comisión nacional de abastecimiento que tenía la atribución de fijar precios máximos a 84 renglones sin contar la medicina, se fijaban no solo los precios sino también los cupos de venta, dicha comisión fijaba también los precios de arrendamiento de los apartamentos y locales comerciales. Se someten a licencia de importación los artículos que la comisión dispusiera.
1962 Rómulo Betancourt. Promulga la ley de alquileres.
1970: Rafael Caldera. Regula el precio de venta de los ajos y los Mercedes Benz.
1974-1975: Carlos Andrés Pérez: Nacionalización del hierro y el petróleo, regulo la comercialización del café y el cacao, creo todo tipo de institutos autónomos, promulgo la ley contra despidos injustificados, creó también empleos por decretos, en particular uno que obligaba a que todos los lugares en donde hubiera un ascensor automático debía haber un ascensorista. Regulo la producción agrícola, la alimentación, la vivienda, el vestido, el transporte. Y lo mas triste y patético: regulo el precio de las arepas rellenas.
1975: Rafael Caldera. Decreto N° 513, regula la venta de apartamentos viejos la cual obligaba a sus dueños a venderlos a sus inquilinos a precios inferiores que el precio de mercado, además de financiarle la operación a los compradores.
La puerta de entrada al Socialismo revolucionario fue la socialdemocracia…avispate.
Por eso digo: El socialismo no fue algo sobrevenido, no llego de “golpe”.

EL SOCIALISMO Y LA MALA FE.

Tradicionalmente la mala fe se ha asociado con alguna suerte de deseo maligno atribuido a fuerzas metafísicas fuera del control humano, pero en la filosofía existencialista la mala fe está definida como la conducta que intenta esconder la responsabilidad por los propios actos.

En el otro extremo esta la autenticidad que nos anima a vivir con integridad, sin engañarnos a nosotros mismos ni a los demás, a asumir nuestra libertad con la consecuente responsabilidad que ello conlleva.

El socialismo es un sistema que a través de su retórica, progresivamente conlleva a los hombres a renunciar a la misión principal por la cual vinieron al mundo: ser responsables para consigo mismos

Estamos pues enfrentados, ya no tanto por cual o tal  modelo económico es el mejor para el país, sino  por unas diferencias filosóficas de raíces profundas e irreconciliables, por dos cosmovisiones enfrentadas por la concepción de la naturaleza humana, el socialismo que la concibe como débil, incapaz de superarse por sus propios medios, maleable, sin carácter dado, por el contrario el dador o portador de ese carácter es el estado; la mala fe. Y el Liberalismo que considera a la naturaleza humana autentica que nos anima a asumir  la libertad consustancial a nuestro ser y una vida de realización plena, consciente y sin concesiones del propio proyecto vital; la autenticidad.

Como si Dios o la naturaleza fueran gregarios, aborrecieran la individualidad y amaran los monopolios, como si tuvieran por costumbre otorgar a algunos hombres lo que a otros niegan.

Es obvio que al nacer no todos recibimos las mismas características físicas: color de piel, tamaño, estatura.  A unos les ha sido dado la capacidad de hacer de un lápiz  de su lengua para conmovernos con inspiradoras historias, a otros el genio de esparcir el polvo de la tristeza con el viento de su alegría, a algunos la virtud de descubrir nuevos mundos en el universo de su imaginación, pero a todos sin falta, la madre natura nos concedió las virtudes que nos hacen humanos: voluntad, ingenio, responsabilidad, tenacidad, empeño, Libertad…en una palabra; nos dio una personalidad.

Renunciar a creer que son las últimas y no las primeras las virtudes que distinguen a los hombres los unos de los otros, seria renunciar  al ejercicio de dichas facultades y al desarrollo de nuestra personalidad, sería asumir  la actitud infantil de la víctima que se sienta a patalear  porque  el mundo no se hace eco ni mesonero de sus deseos, el socialismo es pues el promotor de esa mala fe que menosprecia a los hombres por ser diferentes, que considera una herejía el ejercicio de la propia personalidad fuera de las ordenanzas o preceptos que impone el Dios Estado a los hombres, negándole su preciada autenticidad que es la liberadora de todas las virtudes que nos conforman como hombres libres.

Por eso creo en el liberalismo porque en sus postulados hay mucho más que ciencia económica, mucho más que los principios necesarios del buen gobierno y el papel del estado, están en él unos principios de vida grandiosos y  a veces lo grandioso tiende a ser abstracto, tan  abstracto que en oportunidades se agotan las palabras para describir esa grandiosidad.